A raíz de las denuncias de corrupción que hiciera el Procurador General de la República, las cuales han generado una ola de opiniones, juicios, y comentarios a favor y en contra, de si realmente ¿existe? o no, una crisis profunda en el poder judicial, o si es tan solo una declaración política para desviar la atención de otros casos o temas? Estas interrogantes predominan la opinión de muchos dominicanos, pero como dice la Biblia en el libro del apóstol Mateo Capitulo 7, versículos del 1 al 5 Dice: ¨Dejen de Juzgar para que no sean juzgados, porque con el juicio que ustedes Juzgan serán juzgados y con la medida con que miden se les medirá. Entonces ¿Por qué? miras la paja que hay en el ojo de tu hermano, pero no tomas en cuenta la viga que hay en tu propio ojo? ¡O!, ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Permíteme extraer la paja de tu ojo, cuando ¡mira! Hay una viga en tu propio ojo? ¡Hipócrita!…primero extrae la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para extraer la paja del ojo de tu hermano¨.
Y acudo a este texto bíblico porque sólo con sabiduría divina se pueden enfrentar temas tan delicados como este, y la idea es ilustrar y poder aportar al tema con objetividad, pues considero que la crisis de poder judicial denunciada abarca tanto a jueces como a fiscales, y a pesar de que el resultado de estas aseveraciones trajeron como resultado las medidas de coerción de tres (3) meses de prisión preventiva, impuesta a los jueces Awilda Reyes y Arias Valera, algo que debemos reconocer es histórico en la vida judicial de la República Dominicana, pues nunca antes había ocurrido, ahora bien, no podemos adelantarnos o cantar victoria pues todavía no se le ha conocido un juicio de fondo a estos magistrados y tampoco sabemos si los mismos serán condenados, y entiendo que condenando a jueces, fiscales y a otros actores del sistema, no resolverá el problema y crisis del poder judicial, pues con esto último, solo se manda un mensaje alentador para callar ciertos ruidos, veamos si en lo adelante ese capítulo de la justicia termina como todos los dominicanos queremos que termine, con Justicia.
Los letrados que ejercemos la abogacía sabemos que la crisis del poder judicial, comienza en la mayoría de ocasiones por el pobre papel que a nivel investigativo realizan muchos fiscales o ministerios públicos en materia procesal penal, pues a muchos se les olvida que su rol principal es investigar a profundidad, para luego presentar sus pruebas ante el órgano jurisdiccional competente, además agréguele que tenemos un código procesal penal que no se ajusta a la realidad que vive nuestro país.
Al referirnos al ministerio público sería injusto decir que todos hacen un mal papel, pues conocemos muchos ministerios públicos que hacen un excelente trabajo con responsabilidad y apego a la ley, el cual no está demás decir que es un trabajo con muchos riesgos, mal pagado, y por ende lleno precariedades, pero esta situación no es ajena a la judicatura, debido a que tal situación ocurre en igual o mayor proporción allí, donde hay existen jueces serios y que hacen su trabajo eficaz, a pesar de no recibir un salario justo y digno. ¡Entonces! la pregunta que todos deberíamos hacernos es la siguiente: ¿Tiene el poder judicial las herramientas necesarias para funcionar correctamente y acorde a estos tiempos?
Decir que el Sistema de Justicia Dominicano está totalmente permeado por la corrupción es un absurdo y tremendismo, pues con conocimiento de causa puedo afirmar de que no todo está perdido allí, y a pesar muchas deficiencias económicas y carencias de buenas estructuras físicas, existen muchos hombres y mujeres de bien, jueces, fiscales, abogados ayudantes, alguaciles, secretarios, defensores públicos, que día a día hacen un gran esfuerzo por cumplir verdaderamente con su rol.
Si en verdad nuestras autoridades quieren un sistema de justicia sano, vigoroso, donde se aplique la ley en igualdad de condiciones para todos (as), a continuación le daré algunos puntos con los cuales a mi juicio se debe comenzar a estudiar y evaluar a profundidad: 1ero. Que el Ministerio Público no sea designado por el poder Ejecutivo, y que su designación no tenga ningún tipo de injerencia política; 2do. Que el Consejo Nacional de la Magistratura no sea presidido por el presidente de la República, y que su composición no sea solo política, sino que intervengan otros actores, así como la sociedad civil, etc; Con estos dos primeros puntos estaríamos aplicando de forma efectiva el artículo 4 de nuestra carta magna que habla sobre los tres (3) poderes del estado y su independencia; 3ero. Que el Estado Dominicano, promueva el principio universal consagrado en los derechos humanos y en nuestra Constitución, en su artículo 39. Que reza que todos los seres humanos somos iguales ante la ley; y que en ese sentido el Estado Dominicano sea embargable ante la infracción a la ley; 4to. Que el ejercicio de la Abogacía sea valorado y respetado en su justa dimensión, y que cuando un letrado asista a un órgano de Justicia en busca de la misma, sea respetado como tal, y en este punto el Colegio de Abogados debe jugar un papel que por años ha ignorado, pues una debilidad del sistema de justicia, es que cuando un abogado se presenta ante un órgano en busca de justicia o hacer valer un derecho, se encuentra en la situación que debe mendigar un buen trato, cuando su objetivo como auxiliar de la justicia es hacer valer y respetar los derechos de sus clientes, algo que si se aplicara correctamente fortalecería mucho el sistema; 5to. Que se termine la tan esperada reforma Policial para tener un mejor cuerpo del orden, formados, buenos investigadores, y que estos a su vez, puedan devengar un mejor salario y a su vez ostentar una mejor calidad de vida; 6to. Que se le asigne un 4% del presupuesto nacional para el Poder Judicial, así tendríamos Jueces, Fiscales y actores del sistema bien remunerados, trabajando en un adecuado clima laboral y adecuadas estructuras, lo que se va a traducir en mejoría para los usuarios del sistema, seguridad jurídica; 7mo. Que los derechos fundamentales sean respetados todos, en su máxima expresión por todos los actores del sistema; 8vo. Que el estado promueva el respeto a nuestra constitución y a todas nuestras leyes, lo cual no está demás decir, que tenemos las leyes suficientes para tener un buen sistema de justicia; 9no. Modificar el actual código procesal penal;
En fin queridos lectores, son tantas las cosas que hay que hacer, y que se pueden hacer, para mejorar el Sistema de Justicia de nuestro país, el cual sólo se logrará con voluntad política, la intervención de todos los sectores de nuestra sociedad, pues a mi juicio y consideración dudo mucho que el problema jamás será resuelto con declaraciones o denuncias de parte de nuestros órganos investigativos, pues el asunto es muy complejo, y va más allá de la denuncia, y en los casos de aquellos jueces que hayan infringido la ley, y que sean parte del sistema en estos momentos, deberán asumir las consecuencias de sus acciones, siempre y cuando los órganos de justicia actúen con apego a la ley y respeten el debido proceso.
*El autor es Abogado, Notario Público.